Europa ha sufrido con anterioridad repetir una mentira mil veces y nunca ha terminado bien. Habiendo nacido, crecido y vivido en una provincia donde has escuchado siempre la misma canción adoctrinadora, no resulta fácil alzar la voz frente a la manipulación, señalado y marcado por discrepar frente a las invenciones.
El interés propio es necesario para que la deshonestidad se intensifique, durante años se ha adoctrinado desde los colegios a niños que hoy votan con una visión sesgada y reducida de la realidad que les rodea.
Un ejemplo simplificado: si durante años en la televisión vasca han mostrado la predicción meteorológica de Euskadi y Navarra juntas con diferentes escusas. Un niño que siempre lo ha visto de esa forma, tenderá a pensar que es lo normal… los medios con los que el nacionalismo se vale para influenciar en la educación es el caldo de cultivo para lo que esta ocurriendo en nuestros días, tanto en Cataluña como en otras comunidades.
La empatía entre las partes, resulta más difícil y asimétrica en cuanto más mentiras enturbian el fondo de la cuestión. Contra más tiempo pasa, más mentiras se acumulan, más difícil acercar posiciones, más complicado despejar la verdad.
Puedo comprender en parte, en un momento dado, llegar a votar a populismos desde la rabia, cayendo en las trampas de un discurso elaborado con lo que todo español cabreado por una situación de crisis podría pensar.
Frente a un contenido vacío de propuestas realistas siempre llega la coherencia necesaria, nunca desde la vieja escuela ni desde el discurso facilón.
No se equivoquen, el uno de octubre esta planeado desde hace tiempo, la búsqueda de confrontación física en la calle es una de las armas que utilizarán sin dudarlo. Que más desean en el des-gobierno actual de Cataluña que la foto de uno de sus integrantes con sangre o grilletes llenara la prensa, todo en favor de su dogma.
Esperemos que el Gobierno de España no materialice, como solución rápida, la asignación pública o en diferido de mayores beneficios fiscales o competencias. Postergando un nuevo enfrentamiento para generaciones futuras. Una más a añadir a la historia reciente.
Nacionalistas y populistas tienen un objetivo común, romper y dividir España en su propio beneficio.
Algo a lo que no estamos acostumbrados, en público sobre todo, luchar contra la mentira. La actitud pasiva de quienes no defienden la verdad es suficiente para que la deshonestidad se imponga por repetición. No es posible quedarse callado.
- Carles Puigdemont: “Defenderemos hasta el final el derecho de todos los catalanes a decidir su futuro”
En Cataluña se han celebrado 35 elecciones con garantías democráticas, entre ellas la ratificación de la constitución por mayoría. - Carles Puigdemont: “Los ciudadanos estamos convocados el día 1 de octubre para defender la democracia frente a un régimen represivo e intimidatorio”
Mientras señaláis en carteles a quienes no comulgan con el nacionalismo. - Pablo Iglesias: “Si alguna vez llegamos al ejecutivo permitiremos que los catalanes puedan votar en un referéndum de autodeterminación”
O como un comunista declarado tomaría el paso previo a un resultado no deseado, como en 1956 en Hungría.
- Irene Montero: “Formaremos una Asamblea de parlamentarios y alcaldes por la libertad, la fraternidad y la convivencia frente a la opresión antidemocrática del PP”
Por que el resultado de las elecciones parece no ser lo suficientemente democrático para sus intereses, excluyendo a quienes no piensan como ellos, se gana su mayoría como en los países a los que apoyan abiertamente…