Ayer mismo se anunciaba la nueva versión del DNI electrónico, se empezará a expedir, junto al pasaporte 3.0, en nuestro país gradualmente. La experiencia para los usuarios finales en su utilización ha sido negativa en su comienzo. La dificultad de utilizar el software asociado y distribuido por el Ministerio de interior ha sido notable, la mayoría de organismos públicos que utilizan el sistema de validación y/o firma presentan graves deficiencias.
- Problemas con versiones de Java, algo ya generalizado.
- Necesidad de otorgar permisos adicionales para certificados raíz emitidos por el ministerio.
- Aplicación del DNIe inmadura en su lanzamiento requería la introducción constante de la contraseña asociada
- Las aplicaciones de Java muchas veces no aparece ni firmadas, con lo que es necesario añadir excepciones según la versión.
- Cada navegador requiere una personalización particular, incluso en algunas guías de utilización requieren dejar desprotegido algunas características para su utilización.
- El certificado contenido en el DNI caducaba en pocos meses después de ser emitido, con lo que era necesario volver a pasar por la oficina para renovarlo.
La utilización en las tareas cotidianas es prácticamente inexistente a fecha de hoy, tal vez la inclusión de la tecnología NFC y su propagación en los teléfonos móviles reavive su utilización real, esperemos verlo y que no sea en otros 8 años…
Desde la administración debería potenciarse su uso dentro de los servicios públicos al ciudadano, por ejemplo:
– Servicios de transporte: autobuses, tren, transportistas, carnet de conducir…
– Sanidad: citas, consultas, fármacos…
– Impuestos: notificaciones, renta…
– Educación: exámenes, becas…
– Empleo: prestaciones, solicitudes…
No es lógico disponer de un dispositivo que pueda englobar todas las tarjetas y documentos requeridos para la comunicación y no usarlo!